
La reflexoterapia no es más que una terapia basada en la reflexología o terapia de zonas reflejas. Es una forma de medicina alternativa muy popular, en la cual se usa la aplicación de presión en los pies y manos, para producir un efecto sanador en otras partes del cuerpo. Como es lógico pensar no es para nada algo nuevo o una invención moderna, por el contrario, su utilización con fines terapéuticos se remonta muchísimos años atrás.
Según investigaciones llevadas a cabo en tiempos recientes, prácticas semejantes a lo que hoy denominamos reflexoterapia, se realizaban en China y el antiguo Egipto.
Aunque no existe de por sí un consenso exacto sobre cómo funciona esta terapia, se considera como idea común que las zonas del pie y las manos se corresponden a áreas u órganos específicos del cuerpo humano. Esta terapia recibió un fuerte impulso a principios del siglo XX cuando llegó a Estados Unidos de la mano de William H. Fitzgerald. La terapia fue posteriormente modificada en las décadas de 1930 y 1940 cuando Eunice Ingham, de profesión enfermera y fisoterapeuta, mapeó todo el cuerpo a los reflejos en los pies.
La mayoría de los reflexólogos modernos se basan en los métodos de Ingman, aunque en años siguientes también se incluyeron aportes importantes por parte de Laura Norman.
¿Qué es específicamente la reflexoterapia y cómo funciona?
Si quisiéramos establecer una definición formal de lo que es la reflexoterapia, una buena aproximación sería la siguiente: “Manipulación suave o aplicación de presión en ciertas partes del pie, manos y cabeza para producir un efecto en otras partes del cuerpo”.
Otra definición bastante acertada es la que nos ofrece el departamento de salud de Australia: “Sistema de aplicación de presión, generalmente en los pies, en la cual los practicantes consideran que se estimula y libera bloqueos en áreas específicas del cuerpo que causan dolor o enfermedades”.
Para entender cómo funciona esta terapia es imprescindible conocer cuál es el basamento teórico de los que la practican. Existen muchísimas teorías que intentan explicar los resultados que se obtienen con este tipo de masajes, y es que es una de las terapias alternativas más estudiadas en el ámbito clínico.
No existe un criterio unificado y la ciencia médica no tiene una explicación definitiva pero se considera que el funcionamiento de la reflexoterapia se justifica por su incidencia en el sistema nervioso.

Los que apuestan por este argumento coinciden en que cualquier presión ejercida en zonas con muchas terminaciones nerviosas, fundamentalmente los pies y manos, genera una señal en el sistema nervioso periférico, que llega al sistema nervioso central, donde varias partes del cuerpo la procesan. De esta forma se redirige el impulso hacia órganos concretos para que relajen la tensión a la que están sometidos y comiencen el autoajuste de los niveles de energía, ayudando así el saneado de dolencias.
Es necesario en este punto aclarar que la reflexoterapia no es un tratamiento médico ni debe nunca sustituirlo, pero puede ser un muy buen complemento por su habilidad para producir un efecto relajante en nuestro cuerpo y mente. Esta terapia puede ayudarte a restablecer el equilibrio cuerpo-mente, imprescindible para el bienestar.
¿Cuáles son los puntos reflejos?
Hemos hablado ampliamente sobre como la reflexoterapia se vale de la estimulación de los puntos reflejos para promover el bienestar del cuerpo. Según las teorías en las que se basa esta técnica, nuestro cuerpo cuenta con puntos sensibles que están conectados directamente a órganos y sistemas de nuestro, de esta forma por ejemplo tratando con masaje terapéutico suave y profundo en la planta del pie puedes aliviar problemas del corazón o los pulmones, o masajeando las manos se puede aliviar el dolor de cabeza, por solo poner algunos ejemplos.
Algunos de los puntos reflejos más conocidos son los siguientes:
- Pies: oído, sienes, cuello, hígado, vesícula, bazo, colon, corazón, pulmones, intestinos, etc.
- Manos: tiroides, riñón, ojos, uretra, esófago, vértebras lumbares, etc.
- Cabeza: vejiga, estómago, intestino delgado, etc.
¿Cuáles son los tipos de reflexoterapia que existen?
Ahora que comprendemos un poco el origen de esta terapia conviene ganar claridad sobre las distintas variantes que existen. El más común de los tratamientos es el realizado en los pies, pero como verás no es único que puedes disfrutar.
1. Reflexoterapia podal

Esta es la técnica más popular y la que se considera que aporta mayores beneficios para el paciente. Durante estas sesiones el foco se encuentra en masajear la planta de los pies, una zona de nuestro cuerpo que recibe mucha tensión pues son los encargados de soportar nuestro peso corporal y que además tienen una importancia suprema en este tratamiento, pues no solo contiene numerosas terminaciones nerviosas, sino que además incluye la mayoría de los puntos reflejos, por ende se pueden realizar de mejor forma esta terapia.
Haciendo presión en los pies se puede ayudar a tratar múltiples dolencias en órganos y sistemas de nuestro cuerpo. La planta de los pies (derecho e izquierdo) se encuentran totalmente mapeadas para que el fisioterapeuta pueda realizar el masaje y generar el estímulo curativo.
2. Reflexoterapia en manos

Esta técnica no es muy distinta a la reflexoterapia podal, pues se basa en el mismo concepto de incidir a través de masajes con presiones en puntos reflejos, en determinadas partes del cuerpo, solo que en este caso se realiza en las manos del paciente. Aunque no es tan popular como la terapia podal, tiene una ventaja significativa, y es que puede ser realizada por uno mismo sin necesidad de intervención de otra persona.
También es reconocida pues su habilidad para ofrecer resultados inmediatos. Los masajes en esta zona se caracterizan por ejercer mayor presión pero en ningún caso deben generar dolor ni molestias. Como cabe esperar, ambas manos cuentan con un mapa de puntos reflejos que se utilizan como guía para tratar las distintas afecciones.
3. Reflexoterapia facial

Esta es otra muy utilizada y sobre todo muy relajante, ideal para reducir el estrés del día a día. Es una terapia bastante sencilla de realizar, lo que se necesita normalmente de otra persona para que nos realice el masaje. Se recomienda aprovechar el momento para colocar alguna crema hidratante.
Al igual que sucede en las otras partes del cuerpo donde se realiza la reflexoterapia, se debe conocer de antemano los puntos clave para hacer un masaje adecuado que influya de forma certera en otras partes de nuestro cuerpo.La reflexoterapia facial se puede incluir dentro de una terapia más global llamada reflexoterapia en cabeza, la cual incluye además el masaje auricular.
¿Cuáles son los principales beneficios de la reflexoterapia?
A continuación detallamos algunos de los principales beneficios atribuidos a la reflexoterapia:
- Promueve la relajación total del cuerpo y la mente
- Ayuda a reducir significativamente el dolor corporal
- Incide en la mejora de la circulación sanguínea y el control de la presión arterial
- Reduce los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre
- Ayuda a la depuración del cuerpo, eliminando toxinas y excesos en el organismo como azúcares y grasas dañinas
- Fomenta el equilibrio del sistema nervioso central y periférico
- Contribuye a la mejora del estado de ánimo creando sensación de mente positiva y una buena respuesta emocional
- Ayuda a combatir el estreñimiento y promueve la función intestinal
- Mejora la función renal y ayuda a la expulsión de piedras del riñón
- Reduce el dolor en general. Especialmente los dolores de espalda, cuello, cabeza, oídos y muelas.
- Reduce el insomnio y mejora la calidad del sueño
- Desbloquea canales de energía y facilita el correcto funcionamiento de los órganos
¿Cómo es una sesión de reflexoterapia?
En la primera sesión se suele realizar una entrevista con el especialista para revisar nuestra condición física general y el estilo de vida. El tratamiento no requiere de herramientas, solo es necesario las manos expertas del terapeuta, el cual conoce al detalle todas las zonas reflejo que se encuentran en las plantas de los pies, las manos y la cabeza. Normalmente se comienza con un masaje lento y suave, para luego continuar con la estimulación de los puntos reflejos con un gesto de los pulgares y dedos, mediante presiones, estiramientos y movimientos metódicos. El paciente puede indicar en todo momento el grado de presión que desea recibir.
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